sábado, 26 de mayo de 2018

Los cimientos de las criptomonedas

lunes, 7 de mayo de 2018

Criptomonedas bajo la piel

Criptomonedas bajo la piel


Después de caer hacia más o menos los US$ 6.000 este año, el Bitcoin ha vuelto a cotizar cerca de los US$ 10.000. Eso, sin embargo, sigue estando lejos de su máximo de US$ 20.000 en diciembre de 2017.

No obstante, creo que el Bitcoin realmente terminará cayendo mucho, mucho más abajo. La realidad es que ya existen criptomonedas mucho más eficientes que el Bitcoin y que, además, cuentan con mejor seguridad y realizan transacciones mucho más rápido.

Pero más allá de esto, toda la charla en torno a las criptomonedas te está distrayendo de una verdad mucho más aterradora de la que nadie está hablando.

Hay toda clase de indicios que apuntan a que los gobiernos, los entes reguladores, las autoridades tributarias y la mismísima élite global están haciendo su movida para acabar de una vez por todas con las divisas digitales. Puede que el futuro del Bitcoin no sea más que una distopía en la que titiriteros detrás de un controlan lo que se conoce como “blockchain” y que sean ellos quienes deciden cuándo y cómo puedes comprar y vender absolutamente todo lo que poseas.

Dando un paso más allá, la tecnología de las criptomonedas podría ser el propio mecanismo empleado por la élite global para reemplazar el dólar en el sistema financiero global.

En 1958, Mao Zedong, el entonces líder del Partido Comunista Chino y regente dictatorial de la nación, fue confrontado por intelectuales y artistas descorazonados que habían sido dejados de lado por parte del régimen comunista. La respuesta legal del Dictador fue declarar una nueva política de libertad intelectual.

Mao declaró que “permitir que 100 flores florezcan y que cien escuelas de pensamiento compitan es la política de promover el progreso en las artes y de las ciencias y de una cultura socialista floreciente en nuestra tierra”.

Esta declaración hoy en día se le conoce como la “Campaña de las cien flores” (muchas veces llamada erróneamente como “campaña de las mil flores”). La respuesta a la invitación de Mao fue un flujo entusiasta de pensamiento creativo y expresión artística.

Lo que llegó después no sería una sorpresa para aquellos familiarizados con las operaciones de Estado: una vez que los intelectuales y los artistas salieron a la luz, la policía secreta de Mao pudo capturarlos con más facilidad, solo para torturarlos y asesinarlos o, en algunos casos, enviar a estos individuos a los “campos de reeducación” donde aprendían a conformarse con la ideología imperante.

El Movimiento de las cien flores en realidad fue una trampa diseñada para aquellos que confiaron. También fue una probadita de lo que estaba por venir durante un período posterior mucho más violento, la Revolución Cultural de 1964–1967, en la que todos los remanentes de la burguesía china, así como gran parte del legado histórico de la nación, fueron erradicados.

En la actualidad, algo similar está tomando lugar con el Bitcoin y la Tecnología de ledger distribuidos (DLT, por sus siglas en inglés). Los gobiernos han esperado pacientemente, observando cómo se desarrolla la tecnología blockchain y como ésta crece más allá de su control.

Los defensores libertarios del blockchain han celebrado esta falta de control gubernamental. Sin embargo, sus vítores fueron prematuros, y su creencia de sostenibilidad de sistemas poderosos totalmente al margen del gobierno resultaron ser ingenuas.

Los gobiernos del mundo han estado orbitando hacia la regulación de las criptomonedas. Y muchos usuarios de estas divisas digitales han aprendido que, desafortunadamente para ellos, las ganancias de las criptos realmente no son tan invisibles para los reguladores tributarios como pensaban.

Esta es la situación…

A los gobiernos no les gusta la competencia, más aún cuando hablamos de dinero. Los líderes globales saben bien que no tienen forma de detener el blockchain y, de hecho, no les interesa en lo más mínimo hacerlo. Lo que quieren es obtener el control de éste a través de sus poderes de regulación, impuestos, investigación y, en última instancia, medidas más punitivas como el arresto o encarcelamiento de individuos que se rehúsen a obedecer las regulaciones que impongan los gobiernos en relación al blockchain.

Esta tecnología no existe en el éter (a pesar de lo que indique el nombre de una criptomoneda) y las computadoras que lo mantienen no están en otro planeta. El blockchain depende enteramente de una infraestructura crítica que incluye servidores, redes de telecomunicación, el sistema bancario y energía eléctrica, todos componentes bajo control gubernamental.

Un grupo de compañías importantes reguladas por el gobierno anunció que unirán fuerzas en el desarrollo de un blockchain de código abierto pensado para ser estandarizado en todas las aplicaciones que empleen esta tecnología. Este grupo incluye a JP Morgan, Wells Fargo, State Street, SWIFT, Cisco, Accenture, el London Stock Exchange y Mitsubishi UJF Financial.

No estamos hablando de cinco sabiondos encapuchados programando en las computadoras de sus garages… Esta es una señal de que el consorcio gubernamental-corporativo está planeando tomar control de este sector.

Una institución gubernamental estadounidense de élite, llamada Uniformity Law Commission (algo así como la Comisión de Uniformidad Legal), cuya función es proponer modelos de leyes para ser aplicadas a todos los estados de la nación, publicó su propuesta más reciente, titulada “Ley de regulación uniforme de los negocios de divisas virtuales”.

La ley ya fue introducida y está esperando aprobación en varios estados.

Además de esto, deberías tener en cuenta los siguientes sucesos relacionados:

El primero de agosto de 2017, la SEC anunció el “Guidance on Regulation of Initial Coin Offerings” (algo así como “proyecciones en las regulaciones de ICOs”). Este es el primer paso hacia requerir recaudación de fondos a través de tokens basados en blockchain registrados por el gobierno.

Más o menos por la misma fecha, el Foro Económico Mundial, ente anfitrión de la conferencia Davos de las súper-élites mundiales, publicó un documento titulado “Cuatro razones para cuestionar la histeria que ha causado el blockchain”.

Y por último, y una vez más por la misma fecha, China anunció que comenzará a utilizar el blockchain para recolectar impuestos y emitir “recibos electrónicos” para sus ciudadanos.

Tal vez más significativo aún, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tomado cartas en el asunto. En un reporte especial de junio de 2017, el FMI señaló lo siguiente en cuanto al blockchain:

“Las tecnologías de distribución de ledgers (DLT), en particular, podrían generar cambios en el sector financiero. (…) las DLT pueden categorizarse como ‘no reguladas’ y ‘reguladas’, dependiendo de quién tiene injerencia en el proceso de verificación a base de consenso general. Las DLT no reguladas le permiten a cualquiera leer, hacer transacciones con y participar en la verificación. Esta estructura abierta (que, por ejemplo, respalda al Bitcoin) puede llegar a ser problemática si se llega a implementar exitosamente.

Inversamente, en las DLT reguladas, el proceso de verificación está controlado por un grupo predilecto de participantes (llamado “consorcio”) o administrado por una organización “completamente privada”, sirviendo así como una plataforma de comunicación más común”.

El FMI siempre necesita de traducciones profesionales, ya que sus documentos nunca están escritos claramente. Porque el verdadero significado de sus palabras siempre está escondido tras las palabras. Sin embargo, el objetivo disperso en el lenguaje de este reporte es bastante claro.

El FMI prefiere sistemas “regulados” en lugar de “sistemas abiertos”. La organización asimismo está a favor del control ejercido por “un grupo predilecto de participantes” o “una organización”, en lugar de permitirle a “cualquiera” interferir.

Este documento debería considerarse como el primer paso en el plan del Fondo Monetario Internacional para migrar su forma de capital existente, los derechos especiales de giro (o DEG), a una plataforma DLT controlada por el ellos mismos.

Eventualmente, todas las otras formas de capital serán eliminadas.

Más comentarios por parte de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, refuerzan esta idea. Estas intenciones, claro, están resguardadas entre palabras aparentemente inocentes:

“De la misma forma en que pocas de las tecnologías que emergieron durante la era puntocom realmente transformaron nuestras vidas, los activos cripto que sobrevivan podrían tener un impacto significativo en cómo ahorramos, invertimos y pagamos nuestras cuentas. Es por eso que los legisladores deberían mantener una mente abierta y trabajar en función de un marco regulador equitativo que minimice los riesgos a la vez que permite que los procesos creativos den resultados”.


Éste y los otros sucesos indican que un grupo de élite, que incluye al FMI, JPMorgan, los miembros del Davos, el IRS, la SEC y otras agencias, están conspirando para destituir las condiciones actuales del blockchain de libre circulación y reemplazarlo con un sistema “regulado” por el “consorcio”.

El Gran Hermano tiene la mira puesta en el blockchain.

Saludos,

Jim Rickards